PARTIDO POPULAR SOCIALISTA DE MÉXICO
DECLARACIÓN
El hecho de que existan discrepancias en el seno del actual equipo de gobierno no es novedad. El presidente ha expresado que son producto de la libertad de juicio de que disfrutan sus colaboradores, y las ha equiparado con las que hubo en el gabinete del presidente Benito Juárez.
Además, las hay, necesariamente, en todo cuerpo colectivo compuesto con cierta heterogeneidad y en el caso que nos ocupa, esta es múltiple, causada por distintas concepciones ideológicas y de clase social.
Imposible sería que un funcionario, miembro de la burguesía más acaudalada, como Alfonso Romo, viera la vida personal y colectiva, como la ve un científico universitario como Víctor Toledo.
Imposible que ambos pensaran de manera semejante en materia de economía, de derechos sociales ni sobre los más ingentes problemas de México y de sus moradores. Imposible que compartieran el mismo proyecto de nación.
Máxime si se tiene en cuenta que entre las principales empresas del inescrupuloso Romo, están los agronegocios caracterizados por la destrucción que causan al entorno natural y por la elevada contaminación ambiental que generan.
Que, en lo político, la vida de Romo se ha significado por su constante militancia en la ultradere cha, como el Opus Dei y los Legionarios de Cristo, su alianza, en el ámbito nacional, con el neoliberalismo puro y duro —desde Carlos Salinas de Gortari y Pedro Aspe Armella, hasta Vicente Fox— y su cercanía, en lo internacional, con el temible dictador chileno, Augusto Pinochet.
En tanto que, el eminente académico Víctor Toledo ha tenido una trayectoria como firme defensor teórico y práctico del medio ambiente y, en lo político, aun sin haber sido militante partidista, sin embargo, ha sido un crítico severo de los gobiernos neoliberales y derechistas, todos, sean del pri o del pan, y un consecuente defensor de los derechos de los pueblos.
Hay que decir también que Alfonso Romo, ahora coordinador de la Oficina de la Presidencia de la República, tuvo la habilidad de colocar a numerosos exempleados y colaboradores suyos en elevadas posiciones dentro del actual gobierno, entre ellos a Víctor Villalobos Arámbula, secretario de Agricultura y Recursos Hidráulicos, y al subsecretario de Gobierno de la Secretaría de Gobernación, Ricardo Peralta Saucedo.
Desde todas esas posiciones, defiende sus intereses y los de sus compañeros de clase, empresarios igualmente inescrupulosos, extranjeros y “nacionales” como la transnacional Constellation Brands, y Germán Larrea, del Grupo México.
Por eso Alfonso Romo tenía que chocar, inexorablemente, con Víctor Toledo, como ha chocado también con otros miembros del gobierno, nacionalistas y progresistas, como Rocío Nahle y Manuel Bartlett y contra dirigentes obreros, como Napoleón Gómez Urrutia. Sus intereses y concepciones no solo son distintos, sino también antagónicos. Por eso, no solo son discrepancias, sino desavenencias, confrontaciones, choques por principios.
¿Cuál es el origen de la difusión del audio, en el que se escucha al titular de la semarnat, hablar de las contradicciones dentro del gabinete? Una filtración hecha por sus enemigos que, ahora se sabe, de alguna manera lo han sujetado a espionaje.
Porque no fue una declaración pública, un tweet ni publicación de especie alguna realizada por el propio Toledo, sino que, al escucharla, se llega a la conclusión de que es una reflexión, un análisis en privado que realiza de la compleja realidad en la que desenvuelve sus funciones.
Los autores de la filtración quisieron dañar a López Obrador y su proyecto por dos vías: primera, al hacerlo ver como un gobierno débil, sin cohesión interna y, segunda, tratando de deshacerse de él, para ellos muy incómodo Toledo, por eso los medios antiobradoristas lanzaron de inmediato la pregunta: ¿y ya presentó su renuncia? Pues ellos eso querían.
Ahora bien, ¿por qué, unos y otros están dentro del actual equipo de gobierno? Unos por afinidad con López Obrador, que los designó, precisamente por ser progresistas y no neoliberales, como lo es el presidente de la República, y por eso contribuirían a la realización de los cambios que se propuso.
Pero, otros por necesidad, porque un Estado tan débil desde el punto de vista de su capacidad económica, como el que dejaron los neoliberales luego de treinta y seis años de destrucción y saqueo, carece de los medios indispensables para cumplir adecuadamente con todas sus funciones, además de los deberes redistributivos que, con López Obrador se establecieron, de destinar grandes cantidades al apoyo directo de los sectores más vulnerables de la población y para, además, invertir en el indispensable desarrollo de las fuerzas productivas.
Por esto, el actual gobierno se ha visto en la necesidad de buscar una alianza de facto con sectores de la gran burguesía, nacional y transnacional, a los que, a cambio, tiene que hacer concesiones, como también lo es el Tratado México-Estados Unidos-Canadá, de “Libre” Comercio (t-mec).
Pero toda alianza entre antagónicos es sumamente inestable y, por tanto, precaria. No durará. Tendrá que resolverse en breve lapso por medio de la eliminación de uno de sus componentes.
Nos toca, a la clase trabajadora y al pueblo de México, contribuir conscientemente a que la solución sea a favor del conjunto de fuerzas no neoliberales ni imperialistas. Y para eso, es urgente que se fortalezca mucho más este amplio frente.
Que se fortalezca también el gobierno y que se fortalezca el Estado, el nuevo Estado no neolibera y en proceso hacia su liberación, tanto en lo político como en lo económico.
FRATERNALMENTE
México, 8 de agosto de 2020
¡Por la liberación nacional y el socialismo!
DIRECCIÓN POLÍTICA NACIONAL DEL COMITÉ CENTRAL